martes, 31 de diciembre de 2013

"¿Qué están haciendo en mi pantano?" Shrek

Siguiendo con el tema de personajes discriminados por el mundo por ser algo diferente, vamos a una película que cuando se estrenó fue algo muy diferente, algo que llevó a una cultura de películas animadas repletas de referencias a la cultura popular y humor vulgar. Muchas de estas películas (que incluyen las secuelas a esta película) se apoyan tanto en estos chistes y referencias que acaban sintiéndose muy vacías, pero eso no le quita nada a esta, la primera película en ganarse el Óscar a Mejor Película Animada (cuando se inauguró el premio). Shrek funciona como una parodia a los cuentos de hadas (específicamente, en algunos aspectos, la manera que Disney maneja estos cuentos de hadas), pero es una película que no olvida tomarse a sus personajes en serio (aún los personajes que están ahí para ser un comic relief). Shrek (voz de Mike Myers) es un ogro que vive en su pantano, solo, disfrutando de la vida y asustando a cualquiera que entre a su pantano. Claro, la mayoría de los que entran a su pantano lo quieren matar, porque lo único que ven cuando lo miran es que es un monstruo verde y creen que quiere atacar su pueblo. Como cualquiera que es juzgado antes de que lo conozcan, se dio cuenta que es mejor aislarse en su propio rincón del mundo.
Claro, ese pantano donde vive Shrek resulta ser propiedad del Reino de Duloc (que técnicamente no es un reino, todavía) y es donde el gobernante Lord Farquad (voz de John Lithgow) manda a todos aquellos que son indeseables para su reino. En su caso, cualquier criatura que parece haber salido de un cuento de hadas. Pronto, ese pantano se ve inundado por Pinocho, los tres ratones ciegos, el lobo de Caperucita Roja, Blancanieves y sus Siete Enanos, los Tres Cochinitos y muchos otros personajes que conocimos en cuentos. Shrek , acompañado por Donkey (voz de Eddie Murphy), un burro parlanchín que nunca cierra la boca, va a Duloc (obviamente una parodia a Disneylandia), donde Farquad accede darle a Shrek su pantano si él va a rescatar a la hermosa Princesa Fiona (voz de Cameron Diaz) de un castillo donde es vigilada por un dragón. Cuando Shrek rescata a la princesa, se da cuenta que no es exactamente lo que pensaba que era, y es posible que es exactamente lo que nunca estuvo buscando, alguien que lo quiera como es. A través de su amistad con Donkey y estos sentimientos hacia Fiona que van creciendo, Shrek se da cuenta que la vida que siempre tuvo tal vez no sea la vida que quiere.
Me acuerdo cuando vi esta película por primera vez, tenía 13 años, y estaba acostumbrado a las historias animadas de Disney (esta es de Dreamworks). Por eso esta película trajo muchas gratas sorpresas (con el tiempo, me he dado cuenta que prefiero el estilo de PIXAR, pero aquí apenas tenía 13 años). Aunque todas las películas animadas antes de esta tienen su sentido del humor y sus chistes que vienen de lugares inesperados, esta los tiene de manera constante, incluso en sus giros de trama. Uno de mis favoritos siempre fue el giro que el dragón es hembra y se enamora de Donkey (en una escena que muestra porqué Eddie Murphy es un experto en la comedia verbal), algo que nunca me hubiera imaginado y convirtió una escena muy buena de un ogro rescatando una princesa en una secuencia clásica de comedia. También ayuda que tienen a cuatro actores que encajan perfecto en sus papeles. Es cierto que los cuatro son celebridades y se le ha criticado mucho a Dreamworks por contratar celebridades en vez de actores experimentados en la actuación de voces (que en ciertas películas, estoy de acuerdo), pero estos cuatro encuentran el balance perfecto entre crear estos  personajes y aplicar los toques de sus personalidades que sus fans conocen.
Esto es porque a pesar de todos los chistes y referencias a cosas que todos conocen, la película nunca sacrifica a sus personajes (algo que sucede en algunas de las siguientes películas de Dreamworks). Donkey no es nada más un burro parlanchín que está ahí para decir chistes. La película se asegura que sea un personaje que siente, que desea, que aconseja y que se toma su relación con Shrek en serio. Estos dos tienen una pelea antes del clímax de la película en donde existe la tentación de romper la tensión para decir un chiste, pero no lo hacen. Sabemos que en este punto estos dos personajes están heridos y se necesitan para curarse. Lo mismo con Fiona, que de cierta forma es una mezcla entre una parodia de una princesa de Disney y de Cameron Diaz en Charlie’s Angels, pero Díaz se compromete tanto a ella que se vuelve un personaje creíble y su giro antes del tercer acto (no diré cuál es, pero es una de las razones que me encanta la película) le ofrece un momento para ver quién es este personaje y cuáles con sus deseos. Farquad es quizás el más exagerado de estos cuatro, siendo claramente el villano de la historia y con el único deseo de ser rey (y tal vez más alto de lo que es), pero se ve que Lithgow disfruta mucho al personaje y lo saborea como nadie. Hasta los personajes de cuento de hadas (particularmente el Homre de Gengibre, que tiene una escena muy chistosa, aunque dolorosa si lo piensas) se siente como un personaje.

Claro, sigue siendo una comedia  muy divertida, una que se burla de las convenciones de los cuentos de hadas y de la comercialización de cosas como el gobierno (por algo este reino parece ser Disneylandia), pero mientras muchas películas utilizan eso para ocultar el hecho que no se hizo el trabajo de pulir la historia, esta viene con historia pulida, con personajes memorables, quizás con algunos momentos que ya son demasiado (la secuencia con Monsieur Hood es una de las que menos disfruto, porque se me hace demasiado exagerada) y no me encanta el soundtrack de canciones modernas (algo que es más problemático en otras películas de Dreamworks), es una película que en su momento nos agarró a mí a y a mi familia desapercibidos, ya que ninguno se esperaba algo que respetara y rompiera las reglas de los cuentos de hadas simultáneamente (o que aprovechara de tanto talento). Hoy en día tenemos el mal sabor de boca de las secuelas que vinieron (bueno, disfruté mucho la segunda película, aunque ya empezaba a apoyarse demasiado en las referencias y en burlarse de todo), pero aún con la sobre-saturación de todo  lo que inició esta película, cuando se estrenó fue algo nuevo y emocionante (por lo menos para una película animada).

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