
Como seres humanos, tenemos una fascinación con el futuro.
Queremos saber cuánto va a avanzar la tecnología, lo que podremos hacer, como
se verá nuestra ciudad y en algunos casos, cómo va a terminar el mundo. Se han
hecho muchas películas que nos presentan una hipótesis del futuro y de la
posibilidad del fin del mundo. Algunas de estas películas nos presentan un
futuro más llamativo y emocionante, pero otras nos muestran un futuro en el que
la humanidad está aún más perdida de lo que está ahora, y en el caso de esta
cinta, un mundo en el que ya no parece haber esperanza. Un mundo en el que ya
no parece haber un futuro que dejarle a nuestros niños, por la simple razón de
que ya no hay niños. En esta cinta de Alfonso Cuarón (el director mexicano más
celebrado a nivel mundial) han pasado 18 años desde que nació un bebé. Todos en
el mundo son mayores de edad, y entonces ya no existen esas criaturas a quiénes
tratamos de proteger de lo horrible que puede ser el mundo. Por eso el mundo se
vuelve todavía más horrible, hasta más salvaje y nada parece poder salvarlo
(aún menos en el día cuando el hombre más joven del planeta es asesinado).
En Londres del año 2027, Theo Faron (Clive Owen) solía ser
activista, pero ahora simplemente vive el día a día con el mundo desmoronándose
a su alrededor. Busca maneras de evitar su trabajo y estar más cómodo para
cuando el mundo haya terminado, pero todo cambia cuando su ex novia Julian
(Julianne Moore) lo secuestra y lo contrata para transportar a una inmigrante
ilegal (Clare-Hope Ashitey) a un barco misterioso que solo algunos saben en
dónde se encuentra (porque aún en este mundo que se está acabando, los ingleses
van detrás de inmigrantes ilegales escapándose de lugares del mundo que ya se
destruyeron). Resulta que esta chava inmigrante (llamada Key) es la primera
mujer embarazada en 18 años, y la esperanza de toda la humanidad. Cuando Julian
es asesinada y hasta los miembros de su grupo revelan que tienen sus propios
propósitos, Theo y Key deben arreglárselas para llegar a este barco que la
llevará a un grupo de científicos que la podrán ayudar. Es un camino lleno de
peligros, en el que deben pasar por un campo de refugiados que parece un
ghetto, evitando guardias corruptos, activistas que buscan usar al bebé para propósitos
políticos, y el simple hecho que el bebé está a casi nada de nacer.

Siempre hay un peligro en poner una película futurística en
un futuro tan inmediato, particularmente con un concepto como este (para que
las fechas coincidan, la infertilidad debió haber empezado en el año 2009, que
ahora sabemos que no pasó), pero eso no le quita el poder a esta historia.
¿Cómo es un mundo sin niños? Un mundo que nadie está descubriendo, que nadie puede ver con la
fascinación que tiene uno al abrir los ojos por primera vez. Lo que Cuarón
explora aquí es esa desesperación de un mundo en el que no hay nadie a quién
enseñarle como vivir, entonces cada quién está simplemente tratando de
sobrevivir porque no se imaginan lo que es morir. Es un mundo en el que mandan
paquetes en el correo con eutanasia para la gente que se quiera morir, pero
todavía no se puede comprar mota de forma legal. Es impresionante lo cuidada
que está esta versión del futuro, todos los detalles, incluso algunos que se
ven algo ridículos pero que le agregan una excentricidad muy púnica a este
mundo y sus personajes (uno de mis favoritos es que Theo tiene sandalias, cosa
que uno casi nunca ve en el héroe de una película como esta). Clive Owen es uno
de esos actores que combina el humor y el cuerpo de una estrella de acción,
junto con una tristeza y un aire de hombre común que lo hace perfecto para
Theo. Poner a un personaje cínico que antes era idealista no es algo nuevo,
pero la versión de Owen es más aterrizada, ya que a él se le ven los rasgos del
dolor que lo llevó a ser cómo es, así como esa capacidad de analizar una
situación y resolverla y ese aire de esperanza como algo que se le prende. Es
el personaje perfecto para tener como guía en este mundo tan oscuro y violento.
También destaca el veterano Michael Caine como un hippie que
vende mota y es la persona que conoce a Theo mejor que nadie, Chiwetel Ejiofor
como un líder terrorista que traiciona a Theo, Julianne Moore que tiene una
química resplandeciente con Clive Owen (uno nunca duda que estos dos tienen
historia juntos) y Clare-Hope Ashity que hace de Key una mujer picaresca y algo
ingenua, pero muy consciente de lo peligrosa y milagrosa que es su situación. Lo
que destaca de esta cinta es la dirección de Cuarón, y más que nada su manera
de componer escenas de una manera muy creativa. Hay dos secuencias de acción
(una casi al principio de la película, otra casi al final) que fueron filmadas
con una toma larga e inédita que sigue la acción como si estuviera sucediendo
en el momento. Una de estas secuencias es dentro de un coche, donde la cámara
gira hacia cada uno de nuestros personajes para ver qué está pasando. En la
otra toma, seguimos a Theo en lo que entra a un edificio y busca a Kee, y en
una de esas en una explosión, el ojo de la cámara se mancha con sangre y esa
mancha se queda ahí hasta que termina la toma. Estas tomas largas son de las
favoritas del director y su fotógrafo Emmanuel Lubezki, ya que las siguen
usando posteriormente de maneras cada vez más creativas.

¿Por qué será que nos interesa ver el futuro? Aunque sea un
futuro atractivo, o uno distópico como
este, parece que siempre estamos tratando de adivinar cómo habrá avanzado la
tecnología en algunos años y cómo se verá nuestro mundo. Puede que el mundo da
menos miedo cuando le damos forma, pero también creo que estas historias se
cuentan para reflexionar acerca de nuestro presente y darnos una idea a lo que
podríamos llegar si seguimos como seguimos. Esta historia nos ayuda a reflejar
que vivimos en un mundo violento y si no hubiera niños, nos auto-destruiríamos.
También nos ayuda a reflejar las injusticias que viven muchos en este mundo y
lo que estarían dispuestos a hacer para que esas injusticias desaparecieran
(así como los muchos que tendrían que morir para que sucediera). Vivimos en un
mundo donde algunos viven como reyes, y la gran mayoría se muere de hambre y
les cierran la puerta en lugares donde les pueden ayudar, por razones políticas
o lo que sea. Quizás siempre vamos a tener conflictos por el hecho de que somos
humanos, pero lo que Cuarón nos pide con esta película es que reflejemos lo que
sería vivir en un mundo más pacífico. Un mundo que podamos hacer mejor no solo
para los niños, sino para los que vivimos aquí ahora, sin reglas que perjudican
a los demás y solo con las necesarias para vivir en armonía.
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