miércoles, 27 de noviembre de 2013

"Las cosas fundamentales aplican..." Casablanca

Es difícil saber exactamente qué va a pasar la prueba del tiempo. Hay películas que son importantes en su momento y luego nadie habla de ellas, y otras de las que nadie hablaba cuando salieron y se fueron re-descubriendo con el tiempo. Hay películas que se hacen sabiendo que están haciendo algo nuevo y otras que son simplemente una de muchas de las que van saliendo de Hollywood sin muchas aspiraciones (y con muchas de las limitaciones que vienen con sus épocas). Estas típicamente no pasan la prueba del tiempo, pero hay una que resultó tan popular que hoy en día la gente la reconoce de inmediato. Fue filmada en los estudios Warner en Hollywood, todo adentro, en blanco y negro, con dos de las estrellas más importantes del momento y se esperaba que simplemente fuera a ser una de muchas cintas románticas que promocionaban la Segunda Guerra Mundial (ya que la película se realizó durante la guerra en 1942). Hoy en día, la gente oye el diálogo de esta película y lo reconoce de inmediato. Escuchan el tema “As Time Goes By” (que ni siquiera fue escrito para la película) y lo asocian inmediatamente con ella. Se sabe quién es Humphrey Bogart y quién es Ingrid Bergman y se asocian inmediatamente con este humilde relato titulado Casablanca.
Durante la guerra, muchos europeos buscaban escapar de Europa y encontrar refugio en América. Los aviones salían de Lisboa, pero para llegar ahí había que pasar por Casablanca, una de las pocas ciudades del territorio Francés en Marruecos que no había sido ocupada por el Régimen Nazi (y no por falta de intentarlo). Hay mucha gente en Casablanca esperando encontrar una manera de llegar a América, e incluso hay un americano escapando de su ciudad natal que abrió un café en Casablanca. Este es Rick Blaine (Humphrey Bogart), un hombre que en algún momento quiso cambiar al mundo, pero un corazón roto lo endureció y ahora pasa sus días en Casablanca viendo a la gente pasar y dejando que las cosas sucedan, sin involucrarse. Las cosas cambian cuando llega Victor Laszlo (Paul Henried), un húngaro revolucionario que se ha escapado de más campos de concentración de los que uno se pueda imaginar y ahora busca llegar a América a establecerse con su esposa, la hermosa Ilsa Lund (Ingrid Bergman) una mujer con la que Rick tuvo un romance en París antes de que lo ocuparan los Nazis. La aparición de Ilsa crea un dilema para Rick, ya que él tiene los papeles que podrá mandar a la mujer que ama a América. ¿Decidirá quedarse con ella, o la dejará ir para que ella y su marido cumplan un propósito más grande?
Cuando uno mira la película, se da cuenta que prácticamente todo lo que ve en ella es falso. Se nota que no fueron ni a Paris ni a Casablanca a filmar esta película. Lo único que vemos son sets re-creados y actores fingiendo que están en una parte del mundo en la que no están y aún así lo creemos. La fotografía en blanco y negro ayuda a crear esta ilusión, ya que aunque no tiene tantas sorpresas, la película funciona por lo ingenioso del guion y lo bien marcados que están los personajes. Humphrey Bogart no deja de ser Humphrey Bogart, con su labio medio cerrado y su entonación, además de su carisma y sentido del humor, pero el papel está tan hecho a su medida que uno nunca se lo cuestiona, aún cuando se da cuenta que su actuación es algo limitada. Aún más radiante es su química con Ingrid Bergman, una química que hasta hizo que su primera esposa pensara que estaba teniendo un romance con la belleza sueca. Bergman siempre fue una actriz de la que uno se podía enamorar de solo oírla hablar y aquí está tan comprometida con el papel y la situación en la que está (aún en momentos cuando el diálogo está sobre-escrito), que uno nunca duda la situación en la que está, enamorada de dos hombres sin querer lastimar a ninguno.
La historia está sujeta a las limitaciones de la época, no nada más por la falta de tecnología que tenemos ahora, sino por la moralidad que plagaba el cine en ese entonces. El público de los años 40 era un público que exigía una cierta ética, un cine donde los malos tenían que ser castigados y los buenos no podían hacer nada que fuera ni siquiera un poquito inmoral. Esta película pone a prueba muchas de esas cosas en varios de los personajes secundarios, entre ellos el Capitán Renault (Claude Rains), un guardia cínico y corrupto (tanto que hasta él lo admite en muchos de sus mejores diálogos) que dificulta la misión de Laszlo, pero muestra una cierta fidelidad a Rick. A través de este personaje nos enteramos de algunas de las cosas medio chuecas que ha hecho Rick en su vida, pero lo que vemos es un hombre heroico y sentimental escondido dentro de un cínico que constantemente dice que no se arriesga por nadie. Otra limitación de la época que seguro dificultó el escribir esta historia es el hecho que el público de esa época no aceptaría a un héroe que comete adulterio, y el hecho que Ilsa ya está casada con Laszlo y tiene algo con Rick dificulta ese aspecto de la historia, pero la película lo resuelve de una manera ingeniosa, manteniendo la dignidad de todos los personajes y de paso la convierte en una de las películas más emotivas que se ha producido.

Como el cine siempre ha sido un negocio, es raro que una película se haga pensando lo que las generaciones del futuro van a pensar de ella. Una película se hace pensando en el público del momento, pero toda película sueña con ser descubierta años después por una nueva generación, o aún mejor, nunca ser olvidada. No digo que Casablanca se siente moderna, pero cuando uno ve esta película, es impresionante darse cuenta que se puede saborear ahora de la misma manera que se pudo saborear cuando la estrenaron. Es una película sentimental, algo que a pesar de lo que dicen las nuevas generaciones, es algo que no ha dejado de pegar. La canción “As Time Goes By” describe justo lo que esta película ha significado para tantas generaciones. El amor es el amor, sin importar la generación, la gente se sigue enamorando y todas estas luchas por obtener a la persona de tus sueños siguen siendo relevantes, y seguirán siendo relevantes en lo que sigan habiendo personas con sentimientos. ¿Eso significa que Casablanca seguirá siendo relevante en otros 50-100 años? Eso nunca se sabe hasta que pasen esos años, pero ya pasaron más de 70 desde de que se estrenó esta película y se sigue hablando de ella.


jueves, 21 de noviembre de 2013

"Que las ventajas estén siempre a tu favor" The Hunger Games

Ya que se estrena la secuela mañana (más bien hoy a la media noche), ahora es el momento de acordarnos de la primera, que obtuvo el segundo lugar de película más taquillera del año pasado (la primera fue The Avengers de Marvel). Es una adaptación de una serie de libros populares, así como Harry Potter (que soy fan) y Twilight (que aborrezco), y como toda adaptación de serie de libros populares, es una película hecha digerible para las masas y con tantos giros de trama que acaba sintiéndose como un intento de filmar un libro y no tanto de hacer una película (algo que es típico de los libros populares, ya que los productores temen cambiar demasiados detalles de los libros y así alienar a todos sus fans). Aún así, lo que destaca de esta saga son los temas que abarca y más que nada, como usa un concepto distópico de ciencia ficción para sostener un espejo ante nuestra sociedad. La autora Suzanne Collins (que colaboró en el guión junto con Billy Ray y el director Gary Ross) nos presenta una versión del futuro tan desesperanzado que no sorprendería si es el futuro al que vamos a llegar.
En un futuro no muy lejano, los Estados Unidos ya no existen. Ahora son los 12 distritos de Panem que son controlados por la Capital. Cada año, dos jóvenes de cada distrito (un hombre y una mujer, de 12 a 18 años de edad) son elegidos para participar en los Juegos del Hambre, una competencia en la que estos 24 jóvenes son encerrados en una arena a combatirse hasta la muerte. Al final, solo sobrevive uno. En el Distrito 12, el más pobre de todos los distritos, vive Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), una chava adolescente que es experta en cacería y otros métodos de supervivencia. Su hermana Primrose (Willow Shields) es elegida para participar en los Juegos del Hambre y para salvarla, Katniss se voluntariza para participar. Katniss, junto con el otro elegido Peeta Mellark (Josh Hutcherson) viajan a la Capital para ser entrenados por Haymith Abernathy (Woody Harrelson), campeón de los Juegos del Hambre. Junto con él aprenden métodos de supervivencia, pero también deben aprender a lucirse para atraer patrocinadores que les ayuden, ya que esta competencia es vista por televisión en todos los distritos y es, antes que nada, un espectáculo. Este tipo de sátira no es algo nuevo para Gary Ross (director de Pleasantville y Seabiscuit) que en las escenas en los distritos y en la arena le da una estética que se ve en el cine independiente, muy gris y de colores fríos para que podamos sentir lo frío que es este mundo. Esto se contrasta con los colores brillantes y falsos que se ven en la Capital, colores que en otras películas son muy llamativos, aquí nos dan ese sentimiento que algo está mal.
La película se divide en dos partes, una que es el entrenamiento y otra que es la competencia. Uno pensaría que la segunda parte sería la emocionante, pero aquí resulta que es al revés. La primera parte de la película nos presenta todo este mundo que es Panem, a través de los diferentes distritos y toda la historia que tiene este mundo. Es una historia que tiene mucho fondo (cosa que es fundamental cuando van a salir secuelas). La competencia en sí tiene momentos impresionantes, pero pierde mucho de la energía de esta primera parte. Mucho de eso se debe a que nunca dejamos el punto de vista de Katniss, entonces no llegamos a conocer a la mayoría de los participantes. Como son 24, la mayoría de ellos son simplemente obstáculos que Katniss debe superar para ir sobreviviendo en este juego de vida o muerte. Aún los participantes que sí conocemos (fuera de Katniss y Peeta) son personajes que sirven un propósito y luego son descartados (me gustaron mucho las escenas con Rue (Amandla Stenberg) por ejemplo). También está el problema que el guion está constantemente sanitando a Katniss, asegurándose que ella mate lo menos posible, y la única vez que la vemos matar a alguien es a alguien que ya mató a otra persona en esa misma escena. Esto es problemático cuando la historia se trata de sobrevivir cuando todos te están tratando de matar, y por eso la historia pierde algo de su fuerza.
Lo que mantiene todo a flote es Jennifer Lawrence. Esta chava ha sido de los mejores encuentros que ha hecho Hollywood en los últimos años. Lawrence carga el material con una fuerza y un carisma que la convierte en el perfecto modelo a seguir para las adolescentes que la ven, una chava que no depende de nadie más que de sí misma. Aún cuando la historia cae en momentos clichés, Lawrence se mantiene una presencia fresca. También ayuda tener a Josh Hutcherson, un joven que ha estado actuando desde niño y se ha vuelto un experto en cargar el peso emocional de una historia (su mejor ejemplo de esto es Bridge to Terabithia), aquí hace algo muy especial de la relación entre Peeta y Katniss, una relación que podría caer en lo melodramático en manos menos capaces. Dado el desenlace de la película (que no quiero divulgar aquí, aunque diré que aunque no sorprende mucho, resuelve la trama de una manera ingeniosa y le da pie a la siguiente historia), esta relación es importante, pero nunca aburrida. También destacan veteranos como Stanley Tucci, Elizabeth Banks, Woody Harrelson (un actor que le da un peso importante a todo lo que toca) y Donald Sutherland, que aunque no tiene mucho que hacer aquí como el Presidente Snow, arma un personaje fascinante que seguro tendrá un papel muy importante en la guerra que viene.

Estos libros fueron escritos por alguien que vivió en una familia militar para enseñarles a sus lectores lo que es la guerra, algo que es doloroso y destructivo, pero que es necesario para combatir un mal igual de destructivo. Esta primera película tiene la tarea de introducirnos a ese mal, mostrarnos un mundo dónde algunos de sus habitantes controlan todo y el resto de la población debe batallar para sobrevivir. Un mundo en el que 23 jóvenes mueren al año para ir reduciendo las posibilidades de un cambio en el futuro, pero hay un campeón para darles a los habitantes una esperanza (algo que en esta historia vemos que le explota en la cara al Presidente, no quiero contar el final, pero creo que se puede adivinar quién no muere en esta historia). Es una lástima que tienen que perder algo de su impacto para que la pueda ver el mayor público posible, pero la historia de The Hunger Games es una historia importante para todos aquellos jóvenes buscando una voz ante una represión, todos esos que están sufriendo a manos de alguien que les hizo creer que no tienen otra opción. Trata de cómo nos mantienen entretenidos con un buen espectáculo, y como ese espectáculo puede ser el sufrimiento y la perdición de otras personas. Es literatura popular que da mucho de qué pensar, y por eso, aún con las limitaciones que ofrece el negocio del cine comercial en Hollywood, vale la pena contarla. Ahora es momento de continuar esta historia.


martes, 19 de noviembre de 2013

"Se van a reír de ti" Carrie

Ya que se acaba de re-hacer esta película, hablemos de la original, una historia que sigue siendo relevante hoy en día por cómo se aproxima no nada más al tema del bullying (que es un tema muy relevante hoy en día), pero como relaciona sus elementos paranormales con la experiencia de ser adolescente. Carrie White (Sissy Spacek) es una chava algo rara que vive terrores en su escuela a manos de todas
sus compañeras de clase y en su casa con su madre fanática (Piper Laurie). Vive tan encerrada que ni siquiera entiende cuando se le baja la regla por primera vez. Además que va descubriendo que tiene poderes de telequinesis (puede mover cosas con la mente) y eso la está asustando. Nada parece estar yendo bien para Carrie White, hasta que la invitan al baile de graduación. Ahí pasa la noche de su vida, que es arruinada por una broma que le juegan cuando ella y su pareja son coronados como rey y reina del baile. Esta broma es la gota que derramó el vaso y desata su ira ante toda la escuela de una manera muy destructiva.
Carrie fue la primera novela publicada de Stephen King, uno de los escritores vivos más famosos (y en mi opinión, uno de los mejores). King es un maestro en mezclar lo macabro de la vida cotidiana con elementos paranormales, y este es uno de sus mejores ejemplos. En esta cinta, el director Brian De Palma ataca este material exagerando cada momento para que se sienta como la vida interna del mundo adolescente. Al mismo tiempo, la exageración sirve para que los elementos paranormales no se sientan fuera de lugar. Es un mundo tan parecido al nuestro que parece que podría pasarnos a nosotros, pero al mismo tiempo algo se ve fuera de lugar en la manera que todos hablan para recordarnos que estamos en una película de horror, donde la vida está vista con un lente que percibe las cosas de una manera más sensible. De Palma también aplica técnicas de cámara lenta para extender la experiencia en ciertas escenas (en particular esa escena al principio cuando a Carrie se le baja la regla por primera vez y cuando camina al escenario a ser coronada) y la famosa escena del masacre en el baile aplica una técnica de split-screen para mostrarnos diferentes puntos de vista de lo que está sucediendo, cosa que nos ayuda a tener un panorama más completo de lo que Carrie está haciendo, pero también para alejarnos un poco de ella y darnos cuenta que lo que hizo no estuvo bien (entendemos por qué lo hizo, pero no queremos que esta chava se vuelva asesina).
Estas exageraciones se ven también en las actuaciones de un elenco tan comprometido que cada miembro hace que esta visión funcione (ya que es una visión arriesgada). A la cabeza de todo está Sissy Spacek. A veces es difícil de creer que es adolescente (ya tenía 26 años cuando se filmó esta película), pero Spacek tiene el look perfecto para Carrie y su caracterización del personaje es perfecta, muy internalizada, pero a la vez logra proyectar a esa jovencita rara que no sabe cómo interactuar con el mundo exterior y además esa mirada que cuando desata sus poderes parece cosa del otro mundo (Spacek es conocida por ser una perfeccionista y por atreverse a lo que sea para que le salga creíble la actuación, quizás por eso es una de las mejores). Como Margaret White, Piper Laurie se mete en lleno a este papel de una mujer loca que ve pecado por todas partes (incluso ve pecado en los pechos de su hija, o en algo tan natural como la primera regla). Laurie le encuentra lo aterrador, pero además lo cómico a este personaje, una mujer que disfruta castigar más de lo que se da cuenta y que ve rojo cuando mira un vestido color rosa. Estas dos obtuvieron nominaciones bien merecidas al Óscar, cosa que no es común para actuaciones de una película de terror, particularmente una tan estilizada como esta.
Claro, la historia no funcionaría sin la efectividad de las actuaciones de los demás adolescentes que abusan de Carrie. Nancy Allen es Chris Hargensen, una chava popular que quiere vengarse de Carrie por hacer que la corran del Baile de Graduación y junto con su novio Billy Nolan (John Travolta, antes de volverse famoso) planea la broma pesada que acaba sellando el destino de casi todos sus amigos. Allen pinta a su personaje como la clásica villana de películas de preparatoria y logra que el público la odie y quiera verla muerta, cosa que le agrega esa dificultad a la trama de querer que esta chava desate su venganza, pero al mismo tiempo sabiendo que no debería estar matando gente. Vemos el otro lado de esta cara con Sue Snell, interpretada por Amy Irving (que estuvo casada con Steven Spielberg), una chava que molestó a Carrie durante el incidente de la regla, pero que se siente tan culpable que le pide a su novio Tommy Ross (William Katt) que lleve a Carrie al Baile de Graduación. Francamente, esta parte de la historia resulta en algunos problemas de credibilidad, pero si no fuera por estos dos personajes la historia no resultaría la tragedia que resulta ser, la tragedia de un mundo adolescente que se salió de control justo porque un grupo de bullies se fue contra la víctima que podía acabar con todos.

Para mí en lo personal, esta película destaca por ser una de muy pocas películas de horror que en serio me asusta, no tanto por las imágenes, sino por lo que la historia implica. Es la historia de una chava bulleada que lleva guardando ese enojo por mucho tiempo y cuando por fin lo desata, lo desata de una manera brutal. Eso da miedo, porque en cualquier momento puede pasar. Es más, pasa todo el tiempo. No con poderes de telequinesis, pero ha habido  incidentes de gente que lleva guardando tanto enojo que un día agarra una escopeta y mata a todos en una escuela o una tienda. Carrie siempre ha funcionado como un cuento de precaución para los bullys que no se dan cuenta que la persona que están molestando puede convertirlos en sus víctimas mañana, pero Stephen King siempre ha sido demasiado sofisticado como para crear una historia nada más con la moraleja en mente (está ahí, pero esa moraleja no lo es todo). Esta es la historia de una chava que no sabe como interactuar con el mundo de afuera, de una mamá que en algún momento de su vida perdió la razón y no debería estar alimentándole esas locuras a una hija, y de un grupo de adolescentes descubriéndose en la vida, enamorándose, estableciendo amistades, encaminándose hacia un futuro al que trágicamente, por estar en la misma escuela que esta chava con poderes a la que no dejaban de molestar, no van a llegar.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

"Yo no explico nada" Mary Poppins

La historia de esta nana mágica que vuela por los cielos de Londres con un paraguas de perico y un bolso hecho de alfombra donde carga cosas que son demasiado grandes para un bolso de ese tamaño (y una cinta métrica para medir tu personalidad) se ha vuelto relevante otra vez en estos últimos años. Aquí en México hace poco tuvimos la primera puesta en escena en Español de la obra (que duró 9 meses en el Centro Cultural Telmex) y pronto tendremos una cinta que trata del proceso de realizar esta película. Ahora es momento de hablar de la película en sí, una de las cintas más ambiciosas que produjo Walt Disney y probablemente la que le causó más orgullo. Fue de las últimas que realizó antes de su muerte, su mayor éxito de taquilla, con 13 nominaciones al Óscar incluyendo Mejor Película (primera vez para una película de Disney), 5 Óscares ganados  y la realización de una promesa que le hizo a sus hijas. Mary Poppins (interpretada por Julie Andrews, que se ganó un Óscar por su caracterización) es prácticamente perfecta. Quizás es algo fría (aunque nunca de mala fe) y extremadamente vanidosa (¿cuánta gente hace dueto con su propia reflexión?) pero es justo la nana para el reto que se encuentra en el #17 de la calle Cherry Tree Lane, donde vive la familia Banks.
George Banks (David Tomlinson) es empresario de un banco y es el amo y señor de su hogar, aunque como amo y señor lucha por mantener su estatus social sin hacerle mucho caso a las personas que viven en su casa. Su esposa Winifred (Glynis Johns) pasa más tiempo luchando por los derechos de las mujeres que encargándose de sus propios hijos. Jane (Karen Dotrice) y Michael (Matthew Garber) son estos niños que acaban de ahuyentar a otra niñera y han dejado a estos padres sin una idea de qué hacer. Aquí es donde entra Mary Poppins a meter su cucharada de azúcar a una familia que lo necesita. Con su constante compañero y mejor Amigo Bert (Dick Van Dyke), Mary Poppins (nunca le digan solo “Mary”) llevará a los niños por un paseo en un cuadro pintado en el pavimento, a tomar el té en el techo de un tío que no deja de reírse, a bailar por los techos de Londres con un grupo de deshollinadores y a través de todo esto, el Sr. Banks se irá dando cuenta de lo que es importante en su vida y lo fácil que es perderlo. La historia es bastante simple y de cierta manera está hecha como una plataforma para llevar a estos niños a estas increíbles aventuras que nunca se pudieron imaginar, de incluir números musicales con pingüinos de caricatura y deshollinadores bailando sobre los tejados. Es una excusa para poner un espéctaculo, pero ¡qué espectáculo! y lo que es de aún más mérito, ¡qué historia!
Cuando uno piensa en Mary Poppins, seguro piensa en todas las aventuras mágicas a las que esta nana lleva a estos niños y en la caracterización de Julie Andrews, así como las canciones compuestas por los hermanos Robert y Richard Sherman. Estos son elementos que dan mucho de qué hablar, ya que son muy divertidos y además muestran varios avances en el área de efectos especiales (aunque no es la primera vez que se había mezclado animación con actores de carne y hueso, había sido de las secuencias más efectivas hasta ese momento). De niño, estas eran las escenas que me encantaban, pero viendo la película desde la perspectiva de un adulto me doy cuenta que lo que más impacto tiene son las escenas que no tienen que ver con la magia, sino con la gente que habita este mundo que Mary Poppins visita. Estamos en Londres en el año 1910 (“el Rey Edward está en el trono, es la Era del Hombre”), una época en la que un hombre debe ser el Amo y Señor de la Casa. Así, la cinta se vuelve una sátira de la sociedad en su momento que valora estas imágenes de poder más que el lazo de las familias, y eso es justo lo que Mary Poppins busca reparar. Justo por esto he llegado a apreciar cada vez más la actuación de David Tomlinson, un actor frecuente de las películas de Disney que nunca obtuvo el reconocimiento que se merece, en esta cinta logra no solamente una caracterización satírica de un hombre en esta sociedad (su canción The Life I Lead no es apreciada como debería serlo aunque es brillante), sino un ser humano con sus propios sueños y decepciones. Siempre me conmueve esa escena en la que camina al banco en la noche, después de que sus niños le dan sus dos peñiques.
Pero, claro, la que se ganó el Óscar fue Julie Andrews, y bien merecido. Poppins en un misterio, no sabemos de dónde vino ni por qué se dedica a ser niñera (si supiéramos demasiado de ella, no hay manera que pueda ser prácticamente perfecta), pero Julie Andrews aprovecha la oportunidad para darnos una ventana dentro de la vida emocional de esta mujer que se la pasa volando de casa en casa curando familias, pero sin tener una propia. Es una mujer muy satisfecha con sí misma, pero no necesariamente una mujer feliz. Ver esa cara de Mary Poppins le da una potencia a este personaje, sin perder lo que la hace prácticamente perfecta (bueno, fuera de que es vanidosa). Dick Van Dyke tiene el problema de un acento que no le sale (el acento cockney de los barrios bajos de Londrés) pero fuera de eso, su energía es contagiosa y es un placer verlo bailar con pingüinos (aunque uno nunca se olvida que es Dick Van Dyke). Los niños están bien para lo que les piden que hagan, aunque después de ver la obra varias veces, estos niños se ven demasiado calmados para necesitar a Mary Poppins tanto como la necesitan (siento que los papás logran eso más que los niños). No sé si son los actores o como están escritos, pero me hubiera gustado que los niños no fueran tan blandos.

Y, por supuesto, las canciones de los Sherman son clásicas. Aunque algunos de los números musicales duran demasiado (siento que Step in Time está demasiado elaborado y la secuencia animada, aunque muy divertida, distrae demasiado de la historia después de un rato) ofrecen un hilo emocional para muchas de las escenas. Walt Disney dijo que Feed the Birds era su canción favorita (la que canta Mary Poppins acerca de la señora de las palomas) una que nos dice que la vida puede ser tan simple como darle algo de dinero para alimentar una palomas. Otra favorita mía es Let’s Go Fly a Kite, la canción que cierra la película y es metáfora del vínculo que tiene esta familia (tenemos un papalote descompuesto al principio de la película, y al final el Sr. Banks lo arregla). El lema de Mary Poppins siempre ha sido uno de afrontar la vida, de ver las tareas de la vida como un juego y de apreciar a la gente que tienes a tu alrededor, ya que valen más que el trabajo y el dinero. Es interesante como una película puede ser apreciada por unos elementos cuando eres niño, y por otros completamente diferentes cuando creces y tienes otra perspectiva de la vida, y justo por eso Mary Poppins es una película que ha sobrevivido tanto tiempo. Es una película que tiene algo para todos, los que hayan sido gerentes de bancos, pintado cuadros en el pavimento de las calles, volado papalotes y simplemente son padres e hijos, todos obtienen algo de las lecciones de nana mágica.


lunes, 11 de noviembre de 2013

"Nuevo y un poco alarmante" Beauty and the Beast

Para un cinéfilo, de los recuerdos más valiosos es la primera vez que fue al cine en su vida. La primera vez que entra a esa sala y se sienta en una de esas butacas, mirando una pantalla. Para mí fue a los 3 años y la película fue este clásico de Disney que fue un éxito de crítica como ningún otro (tanto que es la primera película animada nominada al Óscar como Mejor Película). Es una cinta que sigue la tradición de las Princesas de Disney, pero además es un paso adelante para la evolución de las heroínas de Disney, ya que salió en ese periodo en el que estas eran jóvenes con una cierta curiosidad más allá de encontrar un hombre con quién casarse. Belle (voz de Paige O’Hara), la heroína de esta película, es hermosa pero muy rara, al menos para ese pueblito provincial en Francia en el que vive dónde la mayoría son bien ignorantes. Belle se la pasa leyendo, escapándose en mundos ajenos al suyo y esperando el día que pueda salirse de su pueblo y viajar a alguno de estos lugares. También es la primera de estas “princesas” de Disney que no se enamora de su príncipe a primera vista (hasta Ariel de La Sirenita, que vino unos años antes, cayó en la trampa de enamorarse a primera vista).
Claro, también sucede que este príncipe está atrapado por un hechizo en el cuerpo de una Bestia (voz de Robby Benson). Hace muchos años, este príncipe le negó asilo a lo que pensó que era una pordiosera, pero que en realidad era una hechicera que lo convirtió en una Bestia y a todos sus sirvientes en objetos. Ahora, tiene hasta que caiga el último pétalo de una rosa que le regaló para enamorarse de otra y ganarse su amor. Cuando toma prisionero a Maurice, el papá de Belle, y esta viene a rescatarlo, la Bestia ve su última oportunidad para romper el hechizo. Mantiene a Belle como prisionera en el castillo y con ayuda de sus sirvientes la va conquistando. Ambos se van dando cuenta de lo que es amar a otra persona, aunque esa persona se comporte como monstruo. Esta es la primera vez que Disney había intentado esto, presentar dos protagonistas que al principio no se aguantan y están juntos casi por obligación (ella por ser prisionera, él porque necesita esta última oportunidad para romper el hechizo) pero gradualmente se van enamorando. Todavía cae en algunos clichés de ser una película de Disney (porque es justo eso, una película de Disney), pero es una tan bien armada que acaba siendo muy conmovedora a pesar de algunos de los atajos que se tienden a tomar en estas películas.
Para empezar, su manejo de personajes es de los más finos. Como toda película de Disney, tiene personajes que funcionan como los compañeros cómicos de los protagonistas que tratan de ayudar a que se lleve a cabo la meta del protagonista. En este caso son los sirvientes de la Bestia, su mayordomo Cogsworth (que fue convertido en un reloj, voz de David Ognden Stiers), su maitre’d Lumiére (que fue convertido en un candelabro con velas, voz de Jerry Orbach), su ama de llaves la Sra. Potts (que ahora es una tetera con la inmortal voz de Angela Lansbury, mientras que su hijo Chip es una taza) y muchos otros personajes que también fueron víctimas de este hechizo y como la Bestia, ellos quieren volver a ser humanos. Esto le da un peso muy importante a estos personajes, ya que no son simplemente amigos que quieren ver triunfar a los protagonistas, sino que tienen sus propios deseos y eso hace que su número musical, Be Our Guest, sea tan potente como es cómico (ya que acaba siendo un baile de desesperación, ellos tratan de impresionar a esta jovencita tanto como la Bestia). También como toda película de Disney, tiene un villano, solo que en esta el villano no es alguien con poderes (cosa que es muy común en películas de Disney), sino Gastón (voz de Richard White), el hombre más popular del pueblo dónde vive Belle, un fornido fortachón que cree ser el mejor (cosa que casi nadie en su pueblo le cuestiona) y cree que merece el mejor premio del pueble: Belle. Gastón es exactamente lo que la Bestia era antes del hechizo: mimado, arrogante, engreído y muy infantil. Entonces, ¿por qué es la Bestia el héroe y Gastón el villano? Simplemente porque la Bestia supera sus fallas, mientras que a Gastón lo consumen.
Probablemente lo que más destaca es el soundtrack que es probablemente el mejor de cualquier película de Disney producida en mi vida, con la mágica letra del gran Howard Ashman (que lamentablemente falleció de SIDA antes de poder ver esta película) y la partitura de su constante colaborador Alan Menken (que ha compuesto partituras para 9 películas de Disney hasta la fecha). Lo increíble de las canciones es que además de ser memorables y conmovedoras, cada tienen un propósito dentro de la trama. Hay una canción que establece todo el mundo de Belle (su pueblo, su aburrimiento, sus sueños) para lanzarlos a la historia, y uno que establece lo que es Gastón para el pueblo, ya mencioné Be Our Guest, está Something There para mostrarnos como van creciendo los sentimientos de estos personajes, está The Mob Song, una canción que nos lleva a la confrontación final en el castillo de la Bestia (en el que Gastón lleva a casi todo el pueblo a atacarlo) y por supuesto, está la canción titular Beauty and the Beast (por la que Menken y Ashman ganaron el Óscar como Mejor Canción Original), una de esas raras canciones que funcionan dentro y fuera del contexto de la historia (ya que habla del amor, lo repentino que es y lo mucho que puede cambiar la perspectiva de uno). Además de las canciones, casi toda la película está acompañada por la partitura de Alan Menken, cosa que le agrega a ese sentimiento casi poético que tiene esta historia como esta.

Este momento en la historia de Disney fue conocido como el Renacimiento de Disney, un momento en el que estas películas animadas buscaban parecerse más como obras de Broadway, contratando actores de Broadway que pudieran llevar las notas necesarias a pesar de no ser tan famosos para los cinéfilos (esto cambió cuando Robin Williams interpretó al Genio en su próxima película, pero esa es otra historia). Gracias a esto, esta cinta tiene esa majestuosidad que tiene una obra en Broadway, pero también nos acerca a estos personajes de una manera que solo una película puede y aprovecha mucho el hecho que es una película para darnos el mayor impacto emocional posible (mi favorito es cuando Belle ve que su padre está enfermo a través de un espejo mágico, la Bestia mira la rosa que ya casi no tiene pétalos y le dice a Belle que debe ir a rescatarlo, oír eso en lo que mira la rosa y todos nos percatamos que está sacrificando su última oportunidad para ser humano por su amor por ella, es algo muy poderoso). Es ahora y siempre ha sido una historia acerca de encontrar el amor y de aprender a dejarse ser vulnerable para poder recibir ese amor. Para poder amar hay que estar dispuestos a ser lastimados, a no protegerse tanto y aprender a vivir sin el escudo que es esa Bestia que proyectamos los que no están dispuestos a mostrarse frágiles.





domingo, 10 de noviembre de 2013

"¿Cómo resuelves un problema como María?" The Sound of Music

¿Hay una película más cursi que esta? Bueno, por supuesto que hay (muchas, de hecho), pero esta tiene esa fama de ser muy cursi, hasta para su época (la mitad de los 1960’s). Aún así es una película que ha sobrevivido mucho tiempo, que los padres le enseñan a sus niños y que retrata una historia que, aunque es una versión muy re-trabajada de una historia verdadera, sigue siendo muy inspiradora y conmovedora. Situada en Salzburgo, Austria, cuenta la historia de Maria (Julie Andrews), una novicia que no puede quedarse quieta el tiempo suficiente para hacer todo lo que le piden. Su Madre Superiora (Peggy Wood) le aconseja dejar la Abadía por un tiempo en lo que descubre si la vida de una monja es la vida para ella. Consigue un puesto como la institutriz de los siete hijos del Capitán Georg Von Trapp (Christopher Plummer), un capitán de la marina viudo que lucha por abandonar cualquier recuerdo de su difunta esposa, que incluye la música, las fiestas y hasta sus propias hijos (a quiénes trata como soldados en uno de sus barcos). Depende de María alegrar la casa con su energía, su música y aún más en estos tiempos cuando se aproxima el régimen Nazi a apoderarse de Europa.
Este es otro caso de un musical basado en una puesta en escena, con música de Richard Rodgers y letra de Oscar Hammerstein II. Una cosa que hay que reconocerle a esta cinta es como aprovecha de su medio y de la ciudad de Salzburgo (dónde se filmó gran parte de la película) para ofrecer una experiencia más visual a través de las montañas, los lagos y la ciudad en sí. También destaca los cambios que le hizo al guion de la puesta en escena para darle más sentido dramático (por ejemplo, mover Do-Re-Mi para después para que la escena con la tormenta tenga más impacto, o mover el reprise de Sixteen Going on Seventeen para después de que Rolfe haya lastimado a Liesl) y con la libertad de tener más espacio físico, la película nos ofrece algunas escenas bien frescas (una de mis favoritas es cuando Maria llega a cenar y se sienta sobre un pino, otra es cuando los niños le mienten a su papá diciendo que estaban recolectando bayas). Aún así, la estructura de esta cinta siempre ha sido desastrosa, ya que en vez de una historia, se siente como tres historias diferentes una tras otra. Empieza con la historia de una niñera y su influencia sobre sus niños, la segunda parte es un melodrama romántico y la tercera parte es un escape. Son tres tonos que no siempre co-existen en la película y eso ha llevado a que diferentes espectadores tengan reacciones diferentes cada vez que ven la película (a mí de niño me gustaba más la primera hora, pero ahora que la veo de grande, siento que las primeras dos horas a veces se les pasa lo cutesy mientras que la tercera hora es más interesante).
Pero, ¡funciona! Funciona porque arma momentos individuales muy conmovedores y funciona por la energía y compromiso de Julie Andrews en el papel principal. La cinta recae en sus hombros y tiene un talento tan impresionante para levantar ánimos que todo lo que hace parece tan natural. Esto es aún más impresionante cuando está compartiendo escena con Christopher Plummer, un muy buen actor que famosamente no disfrutó la experiencia de esta película, y se nota. Mantiene un profesionalismo, pero se nota que hace el mínimo esfuerzo para llevar esta actuación a cabo y lo que por poco y hunde la sección del medio es que estos dos no tienen un gramo de química. Sus escenas románticas son tan tiesas que llegan a aburrir. Claro, Julie Andrews tiene excelente química con los siete jóvenes actores que interpretan a los niños. Sus edades varían de los 5 a los 16 años (bueno, la actriz que interpreta a Liesl tenía 22), y aunque el hecho que son siete significa que algunos lucen más que otros, forman buena mancuerna. Una cosa que siempre le he aplaudido a esta historia es el manejo del personaje de la Baronesa Schrader (interpretado por Eleanor Parker en la película), la mujer que es la prometida del Capitán Von Trapp y en la segunda parte de la película es la “mujer equivocada” en el romance entre María y el Capitán, aquí la manejan como una mujer que simplemente no es la indicada para este Capitán. A veces el guion trata de hacerla verse más perversa de lo que debería, pero Parker siempre se asegura que la veamos como una mujer con sus propios sentimientos e intereses, fuerte e independiente (la clase de mujer que intimida, pero no de mala fe).

Las canciones ya son clásicas. Entre muchos niños alrededor del mundo, yo me aprendí las notas musicales con Do-Re-Mi (oí la canción antes de conocer esta película) y canciones como The Sound of Music, Edelweiss, Sixteen Going on Seventeen entre muchas otras causan una identificación inmediata con esta historia. También gracias a esta película (y la obra antes) se identifica a la familia Von Trapp, una familia que sí vivió en Salzburgo antes de la guerra y que se escapó cuando Hitler empezó a ejercer su imperio sobre Europa. Historias como las de ellos seguro hay muchas, pero la de ellos es de las más conocidas. Claro, la historia real es diferente (para empezar, María y el Capitán estuvieron casados 10 años antes de que salieron de Austria y la habían contratado para ser la tutora de una de las hijas que estaba enferma) pero aún así de re-trabajada (y no muy bien recibida ni por Maria ni por los hijos Von Trapp que la vieron) es una historia que muestra el poder de la alegría, de poder encontrar un espacio para sonreír aún cuando el mundo a tu alrededor está en problemas.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

"¿Oyes al pueblo cantar?" Les Misérables

Está basada en uno de los libros más populares del Siglo XIX, una novela que trata temas de la justicia, la venganza, la bondad, la miseria y el amor. Es una obra literaria que toca temas profundos, pero eso no se debe confundir con una obra que invita el pensamiento, porque esta historia hace todo menos eso. No es una historia que busca que sus lectores o en este caso espectadores busquen sus propias conclusiones al respecto. Ya tiene conclusiones y lo que busca es gritarlas (y en el caso de esta película, cantarlas). No es un texto intelectual, sino un grito de batalla contra la injusticia, contra el sufrimiento de la gente que a nadie le importa. ¿Eso es malo? No necesariamente. Es lo que es, es lo que Victor Hugo quiso transmitirle a una población de gente que posiblemente tenía el poder de detener esta injusticia y él seguramente quería que este libro no fuera tan relevante en el Siglo XXI. Lamentablemente, lo es, y por eso la historia se sigue contando y estos personajes siguen siendo personajes que vemos en las calles de nuestras ciudades (también aquí en México) todos los días.
Les Misérables cuenta la historia de Jean Valjean (Hugh Jackman), un prisionero que fue encarcelado hace 19 años por robarse una pieza de pan para alimentar a su sobrino. Eso es todo lo que hizo (bueno, también trató de escaparse varias veces) y eso lo ha marcado de por vida. Cuando lo ponen en libertad condicional, no puede conseguir un trabajo por su estado como “hombre peligroso” ante la ley. Después de pasar la noche en casa de un Obispo que le ofrece asilo, se roba toda su plata y escapa. Lo atrapan, pero el Obispo dice que toda esa plata fue un regalo. Después de este acto de bondad, Valjean decide usar toda esta plata para comprarse una nueva identidad y siempre hacer el bien por la gente, que incluye cuidar a la hija de Fantine (Anne Hathaway), una joven condenada a la prostitución por un mundo que no deja de maltratarla. Sin importar cuantas cosas hace bien, Valjean no deja de ser perseguido por el Inspector Javert (Russell Crowe), un oficial decidido a condenarlo una vez más por haber roto su libertad condicional. En medio de todo esto, un grupo de estudiantes busca empezar una revolución en contra de la injusticia ante los pobres y entre ellos está Marius (Eddie Redmayne), que a primera vista se ha enamorado de Cossette (Amanda Seyfried), la hija de Fantine ahora criada por Valjean.
Esta es una versión cinematográfica de la obra musical y como todas las adaptaciones, busca traducir su contenido a un medio audiovisual. En este caso se trata de una ópera y esto implica que todo lo que se oye en la película es cantado. No hay diálogo hablado (bueno, la película sí deja algo de diálogo hablado, pero es la excepción), cosa que le sirve mucho a esta historia que busca la manera más apasionada de transmitir su mensaje. El director Tom Hooper (que viene a esta película recién galardonado por los Óscares) ofrece una propuesta muy arriesgada al aplicar su estilo de filmar a esta historia. Hooper empezó en la televisión, entonces no se le ha quitado este vicio de acercarse a las caras de sus actores para capturar cada expresión, cosa que funciona para ciertos números (I Dreamed a Dream es espectacular, Empty Chairs at Empty Tables trae lágrimas), pero Hooper lo abusa, ya que rara vez se ven dos personajes en la misma toma. Otra propuesta arriesgada que en este caso creo que resultó es la idea de que los actores canten en vivo, ya que en el cine musical se graban las voces meses antes para que los actores graben sus movimientos de labios sobre canciones ya grabadas. Esto ayuda a que las cantadas se sientan más espontáneas y las emociones más inmediatas, ya que esto libera la interpretación.
En términos de libreto, la película arregla algunos problemas que tiene la obra y hasta re-establece algunas detalles del libro (Javert teniendo que disculparse con Valjean en una escena clave), aún dejando intactos algunos problemas que esta historia ha tenido desde la novela, cosa que incluye el hecho que los personajes no tienen mucho fondo. Se dejan guiar por una cosa a lo largo de toda la historia (hasta Eponine, el personaje más interesante de la película, cae en la trampa de definirse por un hombre que ama). Por esta razón, el éxito de Los Miserables siempre ha dependido en que los actores se comprometan con cada momento que se les ofrece. Anne Hathaway ganó un Óscar justo por hacer eso, hacernos creer la miseria de esta mujer y que viene de un lugar profundo. Hugh Jackman lo logra casi todo el tiempo, aunque siento que este se vuelve algo ambicioso con la cantada (particularmente con la canción Bring Him Home, que a diferencia de casi todos, es una canción que no me gusta) y esto afecta su actuación. Russell Crowe intenta algo interesante con Javert, un personaje que supuestamente es la Ley, frío y rígido, Crowe intenta hacerlo más humano con resultados mixtos (aunque yo en general soy de los pocos defensores de esta interpretación). Samantha Barks destaca como Eponine, más que nada por entender ese balance entre teatro y cine que a veces les falla a muchos del elenco.
Puede sonar que estoy siendo algo duro con esta historia, pero uno no puede negar que esta historia tiene problemas en todo medio que se ha transmitido. Tampoco se puede negar que las canciones son pegajosas, que uno puede quedarse meses tarareando o si se sabe la letra cantándolas por todas partes, que el mensaje de este relato, aunque no es sutil, es muy cierto y sigue siendo relevante y que cuando se logra, esta obra deja a todo su público con el corazón palpitando, con los nervios encendidos y con la esperanza de encontrar la mejor manera de vivir. No es una obra intelectual, pero sí una obra emocional, una que tiene como meta llegar al corazón, sacar unas cuantas lágrimas e inspirar a cualquiera que la vea que luche en contra de todos los obstáculos a un mundo justo. También hay un toque irónico  al título “Los Miserables”, algo que se le puede calificar a los pobres sufriendo, o a los ricos que permiten que estos pobres sufran, o en mi interpretación favorita, se refiere a cualquiera que esté vivo (hay muchas muertes en esta historia, pero lo interesante es que la mayoría de los personajes que mueren encuentran la paz solo en la muerte). Aún así, primero que nada, es una marcha para la vida, una marcha para que la vida sea mejor y todos la podamos conseguir.  


lunes, 4 de noviembre de 2013

"La verdad no sé qué clase de chica soy" Juno

La vida no es TAN difícil. Aunque eso suene obvio, es algo que mucha gente necesita oír. Las cosas que suenan aterradoras, que se sienten como la mayor catástrofe o son el peor miedo de padres y adolescentes alrededor del mundo no son el fin del mundo. Todo tiene solución. Ese es el mensaje principal de esta película que se atreve a retratar cosas muy fuertes con un tono ligero, con personajes que hablan de una manera muy original y explorando de una manera muy conmovedora y colorida el mundo de los adolescentes. Ningún padre quiere que su hija adolescente acabe embarazada y lo más seguro es que la misma hija no quiere quedar embarazada, pero como muchas cosas, es un problema que hay que solucionar y en esta cinta vemos a una adolescente muy peculiar que resuelve su problema muy a su manera.
Juno McGuff (Ellen Page) tiene 16 años y después de pasar la noche con su mejor amigo Paulie Bleaker (Michael Cera), quedó embarazada. Tras una mala experiencia en una clínica de abortos, Juno decide tener el bebé y darlo en adopción. Con ayuda de su mejor amiga Leah (Olivia Thirlby), su padre (J.K. Simmons) y su madrastra (Allison Janney), Juno organiza para darle el bebé a la pareja perfecta. En el periódico encuentra a Mark y Vanessa Loring (Jason Bateman y Jennifer Garner), una pareja de los suburbios que lleva años queriendo adoptar a un bebé. Juno establece un vínculo con Mark a través de sus gustos por la música y las películas de horror, pero este vínculo empieza a amenazar su relación con Vanessa. Sobre todo, Juno debe averiguar sus sentimientos por Paulie que la tienen más confundida que nunca.
Todos los elementos presentes en esta cinta se podrían aplicar a un melodrama, pero la guionista de esta película es Diablo Cody (que ganó un Óscar por este guion) una escritora que tiene una historia muy peculiar (trabajó de stripper en algún momento) y una manera única de escribir diálogo para sus personajes. Mucha gente se incomoda con el diálogo estilizado de esta cinta con frases como “honest to blog” o “East Jesus nowhere” saliendo de personajes de todas las edades, y aunque sí siento que Cody exagera un poco con su diálogo, lo usa para crear un mundo muy suyo (además que ayuda a que se vuelva una de esas películas que se puede citar hasta el cansancio). Juno habla con un teléfono con forma de hamburguesa, su madrastra Bren no deja de hablar de perros, a Paulie le encantan los Tic-Tacs color naranja, son detalles como estos que enriquecen el mundo de estos personajes. También están los detalles del mundo de los Loring, que viven en una casa notablemente más fina con todo muy arreglado y un cuarto especial para todo lo que no encaje en ese mundo (la guitarra de Mark entre otras cosas). También ayuda tener a Jason Reitman como director, alguien que ha probado tener un manejo experto de la comedia (además que aprendió de su padre Ivan Reitman, director de Ghostbusters entre otras).
Fuera de todo esto, es una película que trata su tema con el respeto necesario para que no se vuelva una farsa. Una de mis escenas favoritas es la escena cuando Juno le dice a sus papás que está embarazada. Una escena como esta se puede tratar de la manera más telenovelesca, con padres que la podrían correr de la casa o armar un drama por lo que hizo, pero esta cinta lo maneja de otra manera (con una mezcla de humor y seriedad que muchos tratan de lograr, esta escena la perfecciona). Los papás, por supuesto, tienen sus reacciones (el papá se ve decepcionado) y sus preguntas (¿quién es el padre?), pero en cuanto terminan de reaccionar, empiezan a solucionar. La madrastra que ha estado embarazada (Juno tiene una media hermana) le dice lo que necesita estar saludable y su papá la acompaña a conocer a los Lorring. Escenas como esta le dan a la cinta un humanismo más allá del diálogo estilizado. También está la escena en la que Vanessa siente al bebé por primera vez y le habla para  que patee y por supuesto, están esas escenas en las que Juno y Paulie tratan de definir su relación que se usa para sacar humor, pero se trata con suficiente tacto para que el público se lo pueda tomar en serio.  Por supuesto, el elenco ayuda con esto. Ellen Page carga con casi todo el peso de la película en el papel estelar de Juno y lo hace de una manera tan natural, manejando los momentos cómicos y dramáticos con el mismo peso. Entre el elenco secundario destacan Jennifer Garner que interpreta a Vanessa que está tan metida en su sueño de tener la familia perfecta que no se percata de lo que sucede a su alrededor, y Jason Bateman como el marido que siente que no tiene voz en su propia casa.

Juno es uno de los mejores ejemplos de un guion que mezcla un estilo peculiar con personajes que se sienten reales, una cinta que le tiene mucho cariño a su estilo y a su historia y por eso creo que es de los Óscares más merecidos de Mejor Guion Original. La vida es difícil y a veces suceden cosas que te puede cambiar la perspectiva para siempre, pero aunque la vida sea difícil, la hacemos más difícil cuando pensamos en lo difícil. Juno es una chava que se metió en un lío, encontró una solución y luego encontró el apoyo de la gente necesaria para sacarla adelante. No le salió tan perfecto como ella pensaba, pero le salió lo mejor que le pudo haber salido cuando se trata de otorgarle un regalo a un ser humanos. La otra verdad de la vida es que puede llegar a sorprender y uno tiene que estar abierto a esas sorpresas que aunque no siempre sean agradables, pueden llevar a algo maravilloso. A tener a la mejor persona del mundo en tu vida o en ofrecerle algo a alguien que lleva buscándolo toda su vida sin poder obtenerlo.